Juanin y Bedolla fueron los dos últimos guerrilleros de la resistencia durane la Dictadura de Franco . Su historia, plagada de sombras, formaba parte del folclore y de las leyendas cántabras. Era común encontrar a grupos de niños jugando en las comarcas del valle de Liébana tiroteándose de mentira y simulando ser estos dos personajes.

El autor de la novela reconstruye la historia a traves de unas cartas que Leles, una española emigrada en Argentina guardaba las cartas que Paco Bedoya le enviaba desde la cárcel, antes de echarse al monte y presenta el lado humano de dos personas que dieron todo por la defensa de una convicción.

De su encuentro nación una amistad profunda, la sensibilidad de Bedoya encajaba con el idealismo de Juanín y convertidos en maquis, estos héroes iniciaron una carrera por la supervivencia en la dureza de los montes.

Sin embargo, el destino quiso que el azar acabase con la vida de Juanin y que la traición se encarnase en la figura de Bedoya. Hoy medio siglo después, la leyenda se hace mito y retira la sombra de la traición de la figura de Bedoya.

Una fábula cercana, humana tan real como la vida misma. Al fin y al cabo, la nuestra.

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